Rompieron el techo


Robaron la casa. Rompieron el techo. Colgaron una cuerda por la que bajaron. Al bajar se encontraron en un gran living dominado por un cuadro gigante de un hombre sentado en un sillón, con una pistola en la mano. «Entren tranquilos… no habrá mas».

No encontraron nada de lo que vinieron a buscar.

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